WILPF llama a desescalar el conflicto en Ucrania y a apoyar el trabajo de organizaciones de mujeres por la paz en la zona

Comunicado de las secciones europeas de WILPF

Nina Potarska, última de izquierda a derecha, coordinadora de WILPF en Ucrania, en un encuentro de mujeres por la paz en un control fronterizo.

Europa debe invertir en el diálogo a través de los mecanismos de la OSCE y apoyar a las organizaciones de mujeres y a las redes de constructores de la paz y defensores de los derechos humanos en la región

Nosotras, las secciones y grupos europeos de WILPF, la organización mundial de mujeres por la paz más antigua, junto con otras organizaciones de la sociedad civil de mujeres constructoras de la paz y defensoras de los derechos humanos en la región de la OSCE, estamos muy preocupadas por el insuficiente papel de Europa y de los países europeos en la promoción de una solución pacífica y diplomática al actual conflicto armado en Ucrania, mientras se fomenta un desarrollo cada vez más militarizado.

Como organizaciones y redes de mujeres, cooperamos en numerosos proyectos con activistas (mujeres) más allá de las líneas “divisorias”, convencidas de que la confianza y la auténtica seguridad sólo pueden construirse sobre una visión positiva y común a largo plazo de la paz, la igualdad y la justicia puestas en práctica. Estamos conectadas en los niveles local, regional y global y nos importa la solidaridad.  

No estamos dispuestas a aceptar la guerra, las continuas amenazas de intervenciones militares y la retórica incendiaria como una “normalidad” porque aumenta la inestabilidad en una situación ya muy frágil (desde los puntos de vista económico y psicosocial) y es una situación especialmente difícil para las mujeres. Partiendo de la trayectoria histórica de WILPF en la promoción de la resistencia contra la guerra y de nuestras experiencias en la construcción de la paz, alzamos nuestras voces contra la lógica militarizada destructiva.

El trabajo con las mujeres en la región de Ucrania afectada por el conflicto demuestra cómo las mujeres y los civiles en general se ven afectados por las consecuencias (in)directas de la guerra que comenzó en 2014. Desde entonces se han registrado miles de muertos y heridos civiles. La vulnerabilidad (económica) de las mujeres en la vida cotidiana y la lucha por la supervivencia generan nuevos temores e inseguridades. Por otro lado, las mujeres somos poderosos agentes del cambio: nuestro compromiso conjunto y nuestras contribuciones específicas a la paz sostenible y a la construcción de la confianza deben ser apoyados y tenidos en cuenta constantemente. 

Publicamos esta declaración abierta para hacer un llamamiento a los gobiernos de Europa, a los parlamentarios de la UE, a la Comisión Europea, a la OSCE para que tomen medidas inmediatas para desescalar y desmilitarizar el conflicto y para que se comprometan diplomáticamente en conversaciones de paz y seguridad a largo plazo con todas las partes implicadas, incluidos los países y regiones vecinos. La disuasión, el aumento de la presencia militar y el autoritarismo no pueden resolver los conflictos. El riesgo de nuevas líneas divisorias (de los tiempos de la guerra fría) ya está debilitando la necesaria cohesión en Europa.

Apoyamos la creciente voluntad política de los Estados de recomendar abiertamente una política exterior feminista sobre la base de la aplicación de la Agenda Mujeres, Paz y Seguridad.  Estamos deseosas de ver las consecuencias políticas: el desarme y la desmilitarización es una de ellas, una redefinición de la seguridad otra (entendida como una seguridad humana y genuina) y, por último, pero no por ello menos importante, la participación equitativa y significativa de las mujeres en todos los niveles de negociación y toma de decisiones en el espíritu de la aplicación de la Resolución 1325 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas a todos los niveles.

Nuestras peticiones a todos los Gobiernos de Europa y a las instituciones multilaterales

Para desescalar el conflicto y garantizar la paz y la seguridad en Ucrania:

  • Poner en práctica los compromisos de la Agenda de Mujeres, Paz y Seguridad de la ONU (Resolución 1325 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas) que exigen un papel sustancial y significativo para la participación de las mujeres en las negociaciones y el liderazgo de las mujeres para la prevención de conflictos. Garantizar que las mujeres de todas las partes del conflicto sean invitadas a mediar en una resolución diplomática del conflicto y en un acuerdo para una paz duradera. 
  • Apoyar a largo plazo a los grupos de la sociedad civil, especialmente a los grupos de mujeres, que trabajan en iniciativas creativas de creación de confianza, en parte transfronterizas, basadas en la idea de la seguridad humana y los principios de una economía feminista. Apoyar constante y sustancialmente la defensa y la formación en materia de mediación y conflictos pacíficos.
  • Invertir en infraestructuras de cuidados.  Como la pandemia ha dejado muy claro, es necesario invertir sustancialmente en atención sanitaria, infraestructura social, justicia climática y empoderamiento económico en el sentido de una economía feminista y sostenible. 
  • Reforzar el trabajo a través de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) como puente sustancial entre Oriente y Occidente, vinculando las tres dimensiones (seguridad, dimensión humana y economía-medio ambiente) en un espíritu feminista de enfoque holístico sobre la paz y utilizando y reforzando los mecanismos y estructuras de la OSCE como la “red de mujeres constructoras de paz y mediadoras”.
  • Abolir el registro militar obligatorio de las mujeres en Ucrania.
  • Reforzar las Naciones Unidas para desescalar el conflicto con Rusia sobre Ucrania, apoyando todas las formas de diplomacia y negociaciones sobre la base de una estrategia de seguridad común y global. 
  • Recoger la idea de los premios Nobel de la Paz: “Tenemos una propuesta sencilla para la humanidad: los gobiernos de todos los Estados miembros de la ONU deberían negociar una reducción conjunta de sus gastos militares en un 2% cada año durante cinco años”.

Comments
  • Ana María Jiménez Díaz

    Ha sido para mí un descubrimiento esta tarde de la Organización WILPF y su compromiso por la PAZ.
    Socia fundadora de La Asociación de Mujeres “Amatista” en Coín en 1989
    socia fundadora y tesorera de AFERUM Asociación Feminista de Mujeres Rurales Malagueñas 2018
    Socia fundadora de COAMUR Coordinadora Andaluza de Organizaciones de Mujeres Rurales en 2019

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